Tradición 8. ¿Se tradujo el Libro de Mormón como aparece en las ilustraciones de la Iglesia?

22 de febrero de 2015

Poco se sabe sobre el propio proceso de traducción del registro, primeramente porque aquellos que más sabían sobre la traducción, José Smith y Óliver Cowdery, fueron los que menos hablaron al respecto. Además, Martín Harris, David Whitmer y Emma Smith, quienes asistieron a José, no dejaron descripciones contemporáneas. Los registros, poco precisos que documentaron mucho tiempo después, eran frecuentemente contradictorios (1)
El profeta era reacio a dar detalles sobre la traducción. En una conferencia de la Iglesia celebrada del 25 al 26 de octubre de 1831 en Orange, Ohio, Hyrum solicitó que se proporcionara información de primera mano sobre como surgió el Libro de Mormón, pero el profeta dijo: “No estaba previsto revelar al mundo los detalles de cómo salió a la luz el Libro de Mormón.” En 1833, José explicó al editor de un periódico lo esencial sobre este tema, pero dio pocos detalles, manifestando que el Libro de Mormón fue “hallado por medio de la ministración de un santo ángel y traducido a nuestro idioma [el inglés] por el don y poder de Dios.” Su explicación se corresponde con Doctrinas y Convenios, donde dice que se le otorgó “el poder para traducir el Libro de Mormón mediante la misericordia y el poder de Dios” (DyC 1:29) y que el Señor “le dio poder de lo alto para traducir el Libro de Mormón, por los medios preparados de antemano” (DyC20:8) (2).
Se nos cuenta que para ayudarse con la traducción, José Smith usó el Urim y Thumim que encontró junto a las planchas de oro, la espada de Labán y la Liahona. Una descripción del Urim y Thumim la dejó Martin Harris como sigue:
Las dos piedras, colocadas en un lazo de plata, eran de unas dos pulgadas (5,08cm) de diámetro, perfectamente redondeadas y de unas cinco-octavas partes de una pulgada de grosor en el centro; aunque no tan gruesas en los laterales, donde coincidían con el lazo. Estaban unidas por medio de una varilla de plata con un diámetro de unas cinco-octavas partes de una pulgada y de casi cuatro pulgadas (10,16 cm) de largo, con lo cual, las dos piedras hacían ocho pulgadas (20,32 cm). Las piedras eran blancas, con aspecto de mármol pulido, con algunas estrías grises. Nunca me hubiera atrevido a mirarlas poniéndolas en un sombrero, porque Moisés dijo que “ningún hombre podía ver a Dios y vivir” y al observar a través de ellas podíamos ver cualquier cosa deseada; y no podía sacar de mi mente el deseo de ver a Dios. Además, teníamos el mandamiento de no dejar a nadie que las mirara, excepto por mandamiento de Dios, no sea que viera alguna cosa y pereciera (3).
Debido a estas descripciones se ha dibujado el momento de la traducción de diferentes maneras.






Todos tienen en común a José Smith con las planchas, un escribiente pero hay una cortina o en otra lleva el pectoral y Urim y Thumim. El problema es que estas descripciones artísticas no se sujetan a la realidad histórica. Veamos los acontecimientos: En junio de 1829 la traducción del Libro de Mormón se acercaba a su fin, José se reunió una mañana con su familia y amigos para cantar y orar. Martin Harris habiendo venido de Palmyra, también estaba allí para ver cómo avanzaba la traducción. José había aprendido mientras traducía (2 Nefi 27:12-14) que el Señor llamaría a tres testigos para ver las planchas. David Whitmer, Oliver Cowdery y Martin Harris se ofrecieron como voluntarios, con la esperanza de que podían ser ellos los elegidos. "Ellos me molestaron tanto", dijo José, "casi sin interrupción por algún tiempo, “que finalmente pedí al Señor por su aprobación y recibió la respuesta que se encuentra en Doctrina y Convenios 17. José se levantó del suelo y le dijo a Martin,
"usted tiene que humillarse ante Dios el día de hoy y obtener, si es posible, un perdón de sus pecados. Si hace esto, es la voluntad de Dios que usted, Oliver Cowdery y David Whitmer vean las planchas (4) 
Después que el ángel Moroni mostrara las planchas a los tres testigos, José Smith exultante de gozo, fue a su casa y exclamó:
"¡Padre!, ¡Madre! No saben lo feliz que estoy. El Señor ha mostrado las planchas a tres más, aparte de mí. También han visto un ángel y tendrán que dar testimonio de la verdad de lo que he dicho, porque ahora ellos mismos saben que no voy a engañar a la gente. La presión de ser el único testigo era casi demasiado para aguantar. Pero ahora tendrán que soportar una parte, y mi alma se regocija en que por más tiempo ya no estoy completamente solo en el mundo".(5) 
José Smith deja bien claro, al igual que 2 Nefi 27:12-14, que las planchas serían vistas por tres personas en le debido tiempo del Señor. Cuando llegaron a esa parte de la traducción, Oliverio, Martin y David se sintieron inspirados de reclamar esa bendición y fue en ese momento cuando el Señor, a través de un ángel, muestra las planchas de oro a otras personas a parte de José Smith. Las afirmaciones de las Escrituras y de José Smith y los testigos no concuerdan con otro hecho que ocurrió unos meses atrás, concretamente en abril de 1829. En D&C 8 el Señor autoriza a Oliverio Cowdery a traducir de las planchas y en la sección 9 el Señor le explica el porqué no podía traducir de las mismas. La pregunta que deberíamos hacernos es que si hasta Junio Oliverio no vio las planchas, ¿cómo pudo intentar traducir de ellas? ¿Dónde estaban? Si las tenía delante como aparece en las láminas de la iglesia, ¿por qué se sintió inspirado a ser uno de los tres testigos que verían las planchas si el, supuestamente, ya lo era? Para responder esas preguntas, tenemos que ir atrás en el tiempo y leer lo que los testigos directos de la traducción dijeron de la misma, a saber José Smith, Oliverio Cowdery, Emma Smith, Martin Harris y David Whitmer.
José Smith dijo:
“Las obtuve y junto a ellas el Urim y Thumim, mediante los cuales traduje las planchas y de ese modo llegó el Libro de Mormón.”(6) 
El ejemplo más conocido se encuentra en la carta Wentworth, impresa en la edición del 1 de marzo de 1842 de la revista “Times and Seasons.” José Smith escribió,
 “Junto con los anales se encontró un instrumento curioso, el cual los antiguos llamaban “Urim y Thumim”, que consistía en dos piedras transparentes montadas en unos aros en forma de lazo asegurado a un pectoral. Por medio del Urim y Thumim traduje el registro por el don y poder de Dios.” (7) 
[José] dijo, “cuando el ángel se fue continué, sin cesar, con mis súplicas a Dios y el día veintidós de septiembre, tuve la alegría y satisfacción de volver a recibir el Urim y Thumim, con los que nuevamente he comenzado a traducir y Emma escribe para mi, pero el ángel dijo que el Señor me mandaría un escriba y confío en que su promesa será verificada. El ángel parecía estar complacido conmigo al devolverme el Urim y Thumim y me dijo que el Señor me amaba por mi fidelidad y humildad.”(8) 
Oliverio Cowdery escribió:
Fueron días que nunca serán olvidados -el sentarse bajo el sonido de una voz dictada por inspiración del cielo, ¡despertando, a más no poder, la gratitud de este pecho! Desde su boca, continué escribiendo día tras día sin interrupción, al mismo tiempo que traducía con el Urim y Thumim, o como dirían los nefitas: “intérpretes”, la historia o registro llamado "El Libro de Mormón.”(9) 
Emma Smith dijo:
“Ahora, lo primero que mi marido tradujo fue traducido por medio del Urim y Thumim y fue la parte que Martín Harris perdió, después de eso utilizó una pequeña piedra, sin llegar a ser negra pero más bien de un color oscuro.” (10) 
El testimonio de Martin Harris es recogido en algunos periódicos de la época. En febrero de 1830, se cita a Martín Harris en el “New York Telescope”:
Prosiguió hasta el lugar y encontró la biblia junto con un enorme par de anteojos.... Se dice que mostró algunos de estos caracteres al profesor Samuel L. Mitchell, de esta ciudad, quien no pudo traducirlos. Martin Harris volvió y propuso a José Smith la labor de traducirlos: el cual, "mediante la colocación de los anteojos en un sombrero y mirándolos, José Smith dijo que podía interpretar estos caracteres.”(11) 
En junio de 1830, “The Cincinnati Advertiser” comenta lo siguiente:
Un individuo con el nombre de José Smith, el cual reside en la zona alta del Condado de Susquehanna, nos dicen que ha estado, durante los últimos dos años, dedicando su tiempo, como él dice, por inspiración, en una nueva biblia. Insinuó que Dios le había confiado una biblia de oro que ha estado siempre oculta al mundo. Smith pondría su cara en un sombrero, en el que había una piedra blanca y hacía como el que leía en ella, mientras que su ayudante transcribía.(12) 
Un artículo de Edward Stevenson, impreso en el “Deseret News” en 1881, en el cual cita a Martín Harris diciendo:
“que el profeta poseía una piedra de vidente, con la que también se le permitía traducir al igual que con el Urim y Thumim y que después usó la piedra vidente por comodidad. Martin dijo además que la apariencia de la piedra de vidente era completamente diferente al Urim y Thumim que fue obtenido con las planchas”(13) 
Desde el 12 de abril hasta el 14 de junio, José traducía mientras Martín escribía, con sólo una cortina entre ellos. De vez en cuando se tomaban un descanso de la ardua tarea, a veces yendo al río y tirando piedras. Una vez, Martín encontró una roca que se parecía mucho a la piedra vidente que José usaba en algunas ocasiones en lugar de los intérpretes y la sustituyó sin que el profeta lo supiera. Cuando se reanudó la traducción José se detuvo durante mucho tiempo y entonces exclamó,
“Martín, que pasa que todo está oscuro como en Egipto.” Entonces Martín confesó que deseaba que “cesaran las bocas de los incrédulos,” los cuales le dijeron que el profeta memorizaba las frases y simplemente las repetía.(14) 
David Whitmer comento:
Ahora manifiesto, con la aprobación y autorización de David Whitmer, que él no dice que, en alguna ocasión, José Smith tradujera en su presencia con ayuda del Urim y Tumim, sino por medio de una piedra opaca de un color oscuro, llamada "piedra del vidente" que colocaba en la copa de un sombrero [por dentro], en el cual José ponía su cara para así excluir la luz exterior. Entonces, una luz espiritual empezaría a brillar y delante de José aparecería un pergamino sobre el cual había una línea de caracteres procedentes de las planchas y debajo la traducción en Inglés; por lo menos, por lo que dijo José.(15) 
En 1886, David Whitmer comenta lo siguiente:
Sin embargo, por medio de ferviente oración y humillación, el profeta encontró, una vez más, el favor y se le otorgó una extraña piedra con forma oval, de color chocolate, más o menos del tamaño de un huevo, aunque más aplastado. Se prometió que ésta serviría para el mismo propósito que el ya desaparecido Urim y Thumim (éste último era un par de piedras transparentes acopladas en una montura con forma de lazo que recordaba mucho a un par de anteojos). Con esta piedra fue traducido todo el Libro de Mormón actual (16) 
Hay elementos nuevos que nunca hemos visto anteriormente como una piedra del vidente y un sombrero. Uniendo todos estos elementos y en vista de que Oliverio, en el breve tiempo que se le permitió traducir, no podía tener las planchas por delante ni usar el Urim y Thumim ya que también lo tenía prohibido. Entonces ¿qué método usó Oliverio? Pues posiblemente el de meter la piedra del vidente en un sombrero y esperar a que el Señor le revelara las palabras. De aquí que José siempre dijera que "traducido por el don y el poder de Dios" ya que no era una traducción convencional de tener delante el texto a traducir. ¿Podemos entender ahora la razón por la que Oliverio no fue capaz de traducir una frase? Porque el pensaba que con solo mirar dentro del sombrero ya el Señor haría el resto y en D&C 8, el Señor le explica como tuvo que hacerlo. La pregunta que viene a nuestra mente es, ¿dónde estaban las planchas entonces? Pues tenemos que tener en cuenta que desde el primer momento, la chusma entró varias veces en casa de José para robarle las planchas por lo que sería muy imprudente tenerlas a la vista cuando se traducía ya que en cualquier momento, podría entrar el populacho para robarlas. Entonces, bien podían estar dentro del árbol hueco que estaba cerca de su casa, o debajo de la cama o de la chimenea. El elder Nelson en el Ensign de Julio de 1993 en un artículo titulado: A treasured Testament, comenta lo siguiente:
Los detalles del método milagroso de traducción aún no se conocen completamente. Sin embargo, sí tenemos algunas ideas valiosas. David Whitmer escribió: "José Smith introducía la piedra del vidente en un sombrero, y metía la cara dentro del sombrero, rodeándole el rostro para excluir la luz; y en la oscuridad brillaría la luz espiritual. Algo parecido a un trozo de pergamino aparecía, y sobre él la escritura. Un carácter aparecía de una vez, y debajo de él, estaba la interpretación en inglés. El hermano José leía en Inglés a Oliver Cowdery, quien era su escriba principal, y cuando era escrito y repetido al Hermano José para ver si estaba correcto, entonces desaparecería, y aparecería otro carácter con la interpretación. Así, el Libro de Mormón fue traducido por el don y el poder de Dios, y no por ningún poder del hombre". (David Whitmer , un lugar para todos los creyentes en Cristo, Richmond , Mo.: np, 1887, p . 12.) 

Cómo pudo traducirse el Libro de Mormón con el sombrero

Este artículo es una adaptación de un discurso que el Élder Nelson dio en un seminario a los nuevos presidentes de misión el 25 de Junio de 1992 en la CCM de Provo, Por lo que la iglesia no está ajena al uso, por parte de José Smith, de un sombrero con una piedra del vidente dentro. Lo que no se ponen de acuerdo los historiadores es que momento José dejó de usar las planchas con el Urim y Thumim para pasar solo a usar este instrumento, y cambiarlo por la piedra del vidente. Es más también se sabe que algunas revelaciones se recibieron por este último método pero como al principio José llamaba a todos los intérpretes Urim y Thumim, no está claro cuando fue uno u otro. Tampoco está claro que método usó Oliverio Cowdery ya que él tenía su propio palo adivinatorio del cual ya traté en el artículo de tradición 7. Con el método del sombrero, que a primera vista parece extravagante, extraño y muy peculiar, debería servir como testimonio de que en verdad el Libro de Mormón fue escrito por el don y poder de Dios. Ya que si José no tenía las planchas delante y metía la cabeza en un sombrero con los intérpretes, esto significa que el no pudo copiar de otros libros ni tener un manuscrito preparado que pudiera dictar sino que verdaderamente fue el poder de Dios que le reveló la traducción,
Es más, como cuentan los testigos, José cuando volvía a traducir, no pedía que se le leyera la última frase para saber donde se había parado sino que continuaba con la historia. Esto es imposible sin ayuda divina. Además, ¿cómo pudo dictar largos pasajes de las Biblia del Rey Jacobo, que era de la que él citaba, sin tener ninguna fuente donde leer?. Recordemos que los escribas si le veían con el sombrero tapándole la cara por lo que es imposible que pudiera meter un libro o un trozo de papel escrito y mucho menos alcanzar a leerlo sin luz y sin que los escribas se dieran cuenta.
Por los datos históricos que tenemos y que algunos están aquí recogidos, se puede observar que Martin tenía una fe bastante débil y durante un tiempo buscaba pruebas para callar bocas. Incluso se atrevió a cambiar la piedra del vidente sin que José se diera cuenta para comprobar si era un fraude y podía traducir. El ardid demostró que José no era un impostor porque no pudo continuar con la traducción y así Martin quedó convencido. Con este testigo tenemos una prueba importante de la veracidad del Libro de Mormón porque si le hubieran quedado dudas, con su fe dubitativa y la oposición de su esposa, familiares y amigos, hubiera sido muy irresponsable por parte de Martin el vender posesiones e hipotecar su casa por algo que el no estuviera bien seguro.
¿Cómo eran estas piedras? Segun B. H. Roberts:
La piedra del vidente que aquí se hace referencia, era una piedra que parecía tener la forma de un huevo, que el Profeta, junto a su hermano Hyrum Smith, encontraron durante la excavación de un pozo. Poseía las cualidades de un Urim y Thumim, ya que por medio de él... José era capaz de traducir los caracteres grabados en las planchas. (17)
¿Y cómo eran las piedras de vidente que usó José Smith? Veamos unas cuantas:


En conclusión, José Smith empezó usando el Urim y Thumim y por "comodidad" pasó a usar su piedra de vidente. ¿Cuando hizo el cambio? No se sabe, ¿cuando entró en juego el sombrero? Tampoco se sabe. Lo cierto es que todos esos elementos fueron usados en un momento u otro de la traducción

 NOTAS

(1) Church History in the Fulness of Times Student Manual (Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2003), 58.
(2) Ibidem
(3) Entrevista Martin Harris con Joel Tiffany, 1859,” in Early Mormon Documents, 2:305.
(4) Joseph Smith,The Paper of Joseph Smith, ed. Dean C. Jessee, 2 vols (Salt Lake City: Deseret Book, 1989–92), 1:235–36
(5) History of Joseph Smith, pag. 152
(6) Elder’s Journal, julio de 1838, 1:43.
(7) “Church History,” Times and Seasons, 1 de marzo de 1842. Véase también “The Wentworth Letter,” por José Smith hijo. (1805-1844), Ensign de julio de 2002. https://www.lds.org/ensign/2002/07/the-wentworth-letter
(8) “Lucy Smith History, 1845, 370–71.
(9) Oliver Cowdery, Latter Day Saint’s Messenger and Advocate 1/14. Emphasis in original. http://en.fairmormon.org/Messenger_and_Advocate/1/1.
(10) Emma Smith Bidamon to Emma Pilgrim, 27 de marzo de 1870,” en Early Mormon Documents, 1:532.
(11) C. C. Blatchley, “Caution Against the Golden Bible,” New-York Telescope 6/38 (20 de febrero de 1830), 150.
(12) Cincinnati Advertiser and Ohio Phoenix, 2 de junio de 1830.
(13) Deseret News, 28 de diciembre de 1881.
(14) Kenneth W. Godfrey, “A New Prophet and a New Scripture: The Coming Forth of the Book of Mormon,” Ensign de enero de 1988. http://www.lds.org/ensign/1988/01/anew-prophet-and-a-new-scripture-the-coming-forth-of-the-book-of-mormon
(15) The True Latter Day Saints’Herald 26/22 (15 de noviembre de 1879). http://www.sidneyrigdon.com/dbroadhu/IL/sain1872.htm#111579
(16) “Mormon Relics,” The Sunday Inter-Ocean, Vol. 15, No. 207 (Chicago, Illinois, 17 de octubre de 1886). sí mismo el Saints’ Herald 33 (13 de noviembre de 1886): 706, citado en Van Wagoner and Walker, “The Gift of Seeing,” 53–54..
(17) Brigham. H. Roberts, New Witness for God. Publicado en Deseret News Vol.2 1909, pág

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