La Segunda Unción: Preguntas y Críticas. Una respuesta al autor de Análisis de la Doctrina Sud. Actualizado el 04/11/16

31 de marzo de 2016


Hay una web muy interesante titulada Análisis de la Doctrina Sud (1) en la que se encuentran artículos muy buenos y que merecen la pena leer. Encontré uno muy parecido al que tengo en este blog sobre la Segunda Unción con la salvedad que el autor afirma que no es una ordenanza esencial para la salvación. En definitiva, el afirma que no hace falta recibirla en esta tierra. El problema de esta ordenanza es que no hay mucho publicado oficialmente y lo que hay, la mayoría, es de fuentes apóstatas. Las pocas menciones oficiales a la ordenanza no dicen mucho y los diarios y periódicos solo la mencionan por nombre y poco más. Esto hace que haya mucha elucubraciones sobre la ordenanza ya que los que escriben solo pueden hacerlo desde una perspectiva intelectual comparando textos y referencias pero no desde la experiencia personal. El problema, del artículo de Análisis de la Doctrina Sud, es que el autor especula y da como válida su opinión sin ninguna referencia. Usted amable lector podría pensar que un servidor también cometerá los mismos errores que el otro autor ya que si oficialmente no hay mucho publicado pues ¿cómo puedo corregir a otro profano en la materia? Sencillamente, tengo como fuentes a varios hermanos que me confesaron que tenían la ordenanza por lo que me dieron algunos detalles que nunca han sido publicados y porque también, una vez, pude ver el armario donde se guardan todos los utensilios para la ceremonia (el presidente del templo olvidó cerrar con llave el armario). Por estos motivos, estoy en una capacidad que otros no tienen para poder hablar de la Segunda Unción. También intentaré que todo lo que escriba, esté documentado con referencias pero no esperen ver aquí como se realiza la ordenanza porque como toda ceremonia del templo, no se pueden dar detalles.
Como siempre hago en estos casos, he copiado el artículo en su totalidad e iré insertando mis comentarios en rojo.

¿Qué es la "segunda unción"?

La segunda unción es una ordenanza realizada en el templo. No se considera como una ordenanza esencial que se deba recibir en esta vida para alcanzar la exaltación. ¿En qué se basa el autor en afirmar que no es una ordenanza esencial para la exaltación? ¿Quién la considera así?. No da ninguna referencia por lo que tal afirmación cae en mera opinión privada y personal. Para demostrar que la Segunda Unción es necesaria para la exaltación veamos lo que dice el Elder Talmage cuando describe el cuarto Santísimo del templo de Salt Lake City:
Este cuarto está reservado para las ordenanzas mayores del sacerdocio relacionadas con la exaltación de los vivos así como de los muertos.” (2)
Se podría pensar que se está refiriendo a los sellamientos entre esposos pero en la pag 175 describe el cuarto para sellar muertos y su función es: “Aquí se arrodillan en humilde servicio los vicarios vivientes, representantes de esposos, esposas, padres e hijos ya fallecidos. No hay más muebles que algunas sillas para el élder que está oficiando, y para los testigos y las personas que van a efectuar las ordenanzas en el altar.” En la pag 176 describe el cuarto para sellar a los vivos y su función es la siguiente:”Aquí se solemniza la sagrada ordenanza del matrimonio entre las partes que vienen a hacer sus votos de fidelidad conyugal por tiempo y por la eternidad, y a recibir el sello del sacerdocio eterno sobre su unión. Aquí también se efectúan las ordenanzas de sellar o adoptar a los hijos vivientes a sus padres, cuando éstos no se han casado previamente según el orden de matrimonio celestial.”
Si en los otros cuartos se realizan las ordenanzas de sellamientos entre esposos para vivos y fallecidos, ¿qué otras ordenanzas mayores del sacerdocio relacionadas con la exaltación de los vivos así como de los muertos se realizan en el Santísimo de Salt Lake City? Evidentemente, es la Segunda Unción y como dice el elder es una ordenanza de exaltación. Por lo que la afirmación de que no lo es necesaria es totalmente falsa.
En el temprano período de Utah, esta ordenanza se realizó más extensamente de lo que se realiza actualmente. Aquellos que reciben la segunda unción y guardan sus convenios del templo nunca hablan de los detalles en cualquier foro público. Relatos escritos que pretenden describir la segunda unción deben ser considerados con extrema cautela y escepticismo. Académicos SUD [Fairmormon] consideran que ningún fiel Santo de los Últimos Días querría aprender sobre un tema tan sagrado a partir de fuentes no oficiales. Además, ningún Santo de los Últimos Días buscaría sabiamente esa información antes de tiempo. Información prudente, confiable y adecuado se puede encontrar en las publicaciones de la Iglesia sobre los temas de "vocación y elección", "plenitud del sacerdocio", y "sellado por el Espíritu Santo de la promesa." Para un excelente ejemplo, véase el artículo de New Era de Junio de 1978 por Bruce R. McConkie, una publicación aprobada, titulado "Matrimonio Celestial": 
Para poder entrar dentro del vínculo correcto del matrimonio, uno debe hacer lo siguiente: Primero, buscar y encontrar el matrimonio celestial y la ordenanza apropiada; segundo, hallar a la persona que pueda administrar autorizadamente la ordenanza, alguien que posea el poder para sellar y que lo ejerza solamente en los templos del Señor, que han sido construidos mediante el diezmo y los sacrificios de Su pueblo; y tercero, debe vivir en justicia, rectitud, integridad, virtud y moralidad, de modo tal que tenga derecho a que el Espíritu de Dios ratifique, selle, justifique y apruebe lo que haga. Si ésta es la situación, su matrimonio es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, quedando así ligado por tiempo y eternidad. 
Vale la pena estudiar lo que José Smith y los apóstoles enseñaron sobre estos temas, mientras que las ordenanzas del templo estaban siendo restauradas en Nauvoo. Wilford Woodruff resume uno de los discursos de Brigham Young en su diario que se cita en History of the Church [Historia de la Iglesia] (Vol. 5 p. 527): 
Él también señaló que si alguien en la Iglesia tuvo la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec, él no lo sabe. Para que cualquier persona tenga la plenitud del sacerdocio, él debe ser un rey y sacerdote. Una persona puede tener una porción de ese sacerdocio, lo mismo que los gobernadores o los jueces de Inglaterra tiene el poder del rey para tramitar negocios; pero eso no los hace Reyes de Inglaterra. Una persona puede ser ungido rey y sacerdote mucho antes de que él reciba su reino. 
Recomendamos leer a respetados historiadores mormones, Ronald K. Esplin, "José, Brigham y los Doce: Una sucesión de continuidad" (Brigham Young University Studies 21 no. 3, 301-342) y a Richard L. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Knopf, 2005). Heber C. Kimball señaló que aun siendo "sellados para la vida eterna" no va a hacer ningún bien si uno rompe sus convenios: 
Algunos vendrán con gran celo y ansiedad, diciendo: Quiero mis investiduras; quiero mis lavados y unciones; quiero mis bendiciones; deseo ser sellado para la vida eterna, y deseo que mi esposa y mis hijos sean sellados conmigo; en pocas palabras, yo deseo esto y me gustaría aquello. ¿De qué serviría todo esto, si ustedes no viven a la altura de su oficio y practican su religión? Ni tanto bien para mí sería tomar una bolsa de arena y bautizarla, ponerle las manos por el don del Espíritu Santo, lavarle y ungirle, y luego sellarle para la vida eterna, a fin de que la arena se salve habiendo cumplido la medida de su creación, pero no lo hará, excepto a través de la fe y la obediencia. Esas pequeños piedritas y partículas de arena se han juntado y están comprometidas, como un solo corazón y mente, para lograr un propósito en la naturaleza. ¿No mantienen ellos el poderoso océano en su lugar por un esfuerzo unido? Y si estuviéramos plenamente unidos, podemos resistir y vencer todos los principios del mal que hay en la tierra o en el infierno. [Heber C. Kimball, Journal of Discourses 3:124.] 

Preguntas y RespuestasCríticas sobre la Segunda Unción

La definición más citada por los críticos de diferentes sitios web y blogs se encuentra en Wikipedia (ingles). Sobre la Segunda Unción leemos:
En el movimiento de los Santos de los Últimos Días, la segunda unción, también conocido históricamente en las escrituras de los Santos de los Últimos Días como la "plenitud del sacerdocio",es una ordenanza oscura y relativamente rara generalmente llevada a cabo en los templos como una extensión de la ceremonia de la investidura de Nauvoo. El fundador José Smith, hijo; citó la "plenitud del sacerdocio" como una de las razones para la construcción del Templo de Nauvoo. 
En la ordenanza, un participante es ungido como un "sacerdote y rey" o una "sacerdotisa y reina", y es sellado al grado más alto de la salvación disponible en la teología mormona. Se dice que los que participan en esta ordenanza tienen su "vocación y elección hecho segura", y su matrimonio celestial "sellados por el Espíritu Santo de la promesa". Se dice que ellos han recibido "la palabra profética más segura"

¿Por qué es una ordenanza oscura según Wikipedia?

Wikipedia usa el adjetivo Oscuro para referirse a esta ordenanza, según el contexto y el significado que da la RAE, Oscuro quiere decir "Que carece de luz o claridad." Los Santos de los Últimos Días no hablamos de los convenios que hacemos en la ceremonia de los Templos, porque son de carácter sagrado. Además la segunda unción es una ordenanza que rara vez se efectúa, por no estar dentro de las ordenanzas esenciales para recibirlo en esta vida. ¿De dónde daca el autor la idea que es una ordenanza que rara vez se efectuá? El que se haga discretamente sin publicación, no la hace que se efectúe menos. Obviamente, no se realiza todos los días ni todas las semanas pero los miembros se asombrarían de la frecuencia con la que se realiza. Se de un templo que un Miércoles a las 15 horas se cerró y se pidió a los que estaban en su interior que desalojaran el tempo y esa tarde se realizaron estas ordenanzas mayores. El autor supone que como no es una ordenanza catalogada como esencial, pues de ahí radica su poca frecuencia pero.... ¿De dónde sacó esa idea? No hay fuentes por lo que es solo su opinión. Los participantes al no hablar de la ceremonia con los demás, hacen que no se sepa con precisión como se practica y si es la misma desde sus inicios. Pues sí, ha cambiado y no se realiza tal y como aparece en los registros antiguos o como el Hno Tom Phillips ha publicado por todos los medios posibles. En resumen es una ordenanza que carece de luz, que carece de detalles y claridad aún por la membresía de la iglesia actual y solo tenemos registros de lideres tempranos sobre esta ordenanza.

¿Cuál es la diferencia entre la primera y segunda unción?

En el mismo artículo de Wikipedia que usan los críticos leemos: 
La "primera unción" se refiere al lavamiento y a la unción que es parte de la ordenanza de la investidura, en el que una persona es ungido para convertirse en un "rey y sacerdote" o una "reina y sacerdotisa" para Dios. En la segunda unción, por el contrario, los participantes son ungido como un "rey y sacerdote", o "reina y sacerdotisa." 
La "primera unción" es un término que usa Quinn [Quinn (1994) , p. 113.] y los críticos para referirse al lavamiento y a la unción que es parte la ordenanza de la Investidura. Tal término, no forma parte de la terminología SUD. El lavamiento y unción en la terminología SUD son consideradas ordenanzas iniciatorias o preliminares [otro artículo de Wikipedia hace mención más precisa en Templo(SUD)] La segunda unción es una extensión de la iniciación y solo se da al hombre y la mujer que han entrado en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio. Se podría decir, de hecho, que la segunda unción completa la iniciación. Puesto que en la iniciación se prometen bendiciones futuras dependiendo la fidelidad, la segunda unción es cuando se otorgan esas bendiciones. La descripción de que se te unge como un "rey y sacerdote" o "reina y sacerdotisa." es precisa según los registros. Muchos suponen que esta ordenanza se administra a las Autoridades Generales y a sus esposas,(aunque registros indican que no todos los apóstoles lo han recibido) así como a otros matrimonios en reconocimiento de su extraordinaria fidelidad. No he encontrado esta cita en la Wikipedia pero de nuevo afirma sin documentación; ¿dónde están esos registros que indican que no todos los Apóstoles la han recibido?

¿Qué es la plenitud del Sacerdocio?

En la Enciclopedia del Mormonismo leemos sobre el Sacerdocio:
"La Plenitud del sacerdocio es la más alta orden del sacerdocio, se logra sólo a través de una unión eterna del hombre y la mujer, santificado por las ordenanzas del sellamiento en el templo del Señor y ratificado por el Espíritu Santo de la promesa ( D&C 132: 18 19 ). Entonces aquellos que son unidos, que honran sus convenios entre sí y el Señor, heredarán la exaltación y la vida eterna en la Resurrección, que consiste en una unión eterna juntos y una familia eterna, incluyendo progenie eterna, hijos espirituales y la creación y posesión de mundos y universos. 
Por lo tanto, todas las bendiciones, beneficios y herencias del sacerdocio son igualmente compartidas y alcanzadas por igual, por el marido y la mujer, si ellos llevan a cabo sus respectivas responsabilidades en fe, amor, armonía y en cooperación en el Señor. El apóstol Pablo dijo: "Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón." ( 1 Cor. 11:11 ) En los templos del Señor, las ordenanzas sagradas del sacerdocio (por ejemplo, lavamientos, unciones y recibir vestiduras) se administran a los hombres por los hombres y a las mujeres por las mujeres que han recibido las investiduras del sacerdocio en el templo ( EPJS , p. 337). 
El autor ha olvidado un párrafo anterior, en el mismo artículo, que ilustra perfectamente como se consigue la plenitud del sacerdocio:
La exaltación y la vida eterna en el grado más alto del Reino Celestial se obtiene sólo cuando la plenitud del sacerdocio se consigue mediante la construcción y el éxito de un matrimonio eterno. No es la ordenanza del matrimonio celestial lo que te da la plenitud del sacerdocio sino la construcción y el éxito de un matrimonio celestial. Es decir, la plenitud es posterior a la ordenanza del matrimonio celestial.
El Presidente Ezra Taft Benson dijo en una conferencia:
Entrar en el orden del Hijo de Dios es el equivalente actual de entrar en la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec, cuya plenitud solo se recibe en la casa del Señor... El profeta José Smith dijo que Adán bendijo a todos los de su posteridad porque "quería llevarlos a la presencia de Dios" (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 184). He aquí un explicativo pasaje de la sección 107 de Doctrina y Convenios que nos dice cómo podría Adán llevar a los justos de su posteridad, junto con él mismo, a la presencia de Dios: "El orden de este sacerdocio se confirmó para descender de padre a hijo; y por derecho pertenece a los descendientes literales del linaje escogido, al cual se hicieron las promesas. Este orden se instituyó en los días de Adán, y descendió por linaje. . . de que su posteridad sería la elegida del Señor, y que sería preservada hasta el fin de la tierra." (D. y C. 107:40-42; cursiva agregada.) ¿Cómo llevaría Adán a sus descendientes a la presencia de Dios? La respuesta es: Adán y sus descendientes entrarían en el orden del sacerdocio de Dios. Hoy en día, diríamos que irían a la Casa del Señor a recibir sus bendiciones. [“Lo que espero enseñéis a vuestros hijos acerca del templo”, Liahona, abril/mayo de 1986, pág. 1]
La Plenitud del Sacerdocio tiene como fin prepararnos para ver la faz de Dios, ser coherederos (reyes y sacerdotes) con Él y vivir en su presencia como Familias Eternas (Apocalipsis. 1:6, D & C 84:22, DyC 131:1–2.)
Leamos mas sobre Sacerdocio en la Enciclopedia del Mormonismo:
"Hay tres grandes órdenes del sacerdocio mencionados [en la Epístola a los Hebreos]" (EPJS, p 322-23; HC 5:. 554-55), el de Melquisedec, el patriarcal, y el Aarónico… El orden patriarcal del sacerdocio es el derecho de los padres dignos que poseen el sacerdocio de presidir sobre sus descendientes a través de todas las edades; que incluye las ordenanzas y las bendiciones de la plenitud del sacerdocio compartidos por los esposos y esposas que se sellan en el templo. 
El Profeta José Smith dijo:
Si un hombre ha de lograr la plenitud del sacerdocio de Dios, debe obtenerla de la misma manera que Jesucristo la alcanzó, que fue por guardar todos los mandamientos y obedecer todas las ordenanzas de la casa del Señor.” (Enseñanzas pág. 169.)
El presidente Joseph Fielding Smith escribió:
"Si queremos recibir la plenitud del Sacerdocio de Dios, entonces debemos recibir la plenitud de las ordenanzas de la casa del Señor, y guarda sus mandamientos... Ningún hombre puede obtener la plenitud del sacerdocio fuera del templo del Señor... Pero ahora tendrán que ir a la casa del Señor, y no se puede obtener la plenitud del sacerdocio a menos que vayas allí." (Elijah the Prophet, pp. 45–46.)
En resumen: La plenitud del sacerdocio es recibir las ordenanzas en el templo (ordenanzas esenciales para la exaltación), y así entrar a la mas alta orden del Hijo de Dios, orden que comprende el orden patriarcal. Para el autor la Segunda Unción no es una ordenanza esencial para la exaltación pero; 1º ya hemos visto que sí lo es y 2º no da ninguna prueba documental para llegar a esa conclusión. La ordenanza que es una extensión de las promesas hechas, llamadas por algunos la ordenanza final, es la Segunda Unción, Muchos consideran que la segunda unción es igual a la plenitud del sacerdocio pero no es así. ¿Dónde están los documentos que demuestre la afirmación que la plenitud del Sacerdocio no es la Segunda Unción? Es muy fácil afirmar pero más difícil demostrar y el papel lo aguanta todo. Según el elder McConkie en su libro Doctrina Mormona bajo el tema de Reyes escribe lo siguiente:
Los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec tienen el poder de avanzar en rectitud, viviendo de toda palabra que sale de la boca de Dios, magnificando sus llamamientos, creciendo de gracia en gracia hasta que a través de la plenitud de las ordenanzas del templo, reciben la plenitud del sacerdocio y son ordenados reyes y sacerdotes. Los que logren esto serán exaltados y serán reyes, sacerdotes, gobernantes y señores en sus esferas respectivas en los reinos eternos del gran Rey que es Dios nuestro Padre. (Apo. 1:6; 5:10.).
Si nos fijamos bien, la plenitud del sacerdocio se recibe cuando la persona es ordenada rey y sacerdote y eso es precisamente lo que hace la Segunda Unción. Veamos otra cita:
Los que poseen la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec son reyes y sacerdotes del más alto Dios, y tienen las llaves del poder y bendiciones. De hecho, este sacerdocio es una ley perfecta de la teocracia, y en representación de Dios expide leyes al pueblo, y administra vidas sin fin a los hijos e hijas de Adán.”
Ninguna de las ordenanzas del templo, exceptuando la Segunda Unción, ordena a los hermanos a reyes y sacerdotes.
En el diario de Anthony W. Ivins el 8 de abril de 1901 recoge una cita de Presidente Joseph F. Smith: “Ningún hombre recibe la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec hasta que no haya recibido su segunda unción. Los hombres que sean recomendados a esta ordenanza sagrada deben ser hombres de Dios cuya fe e integridad sean indiscutibles.” Por tanto, queda claro como el cristal que la plenitud del Sacerdocio y la Segunda Unción es lo mismo. Y leemos lo siguiente en Doctrina de Salvación:
No hay exaltación en el reino de Dios sin la plenitud del sacerdocio […] Todo hombre que es fiel y está dispuesto a recibir estas ordenanzas y bendiciones obtiene una plenitud del sacerdocio, y el Señor ha dicho que El “los hace iguales en poder, en fuerza y en dominio.”
Por tanto, la afirmación de que la Segunda Unción no es una ordenanza de exaltación es completamente falsa sin base en las Escrituras o de los Hermanos. Es solo la opinión del autor que cree que no lo es.
Otros nombres que recibe la segunda unción son: Bendiciones Mayores del Sacerdocio del Melquisedec, Segundas Bendiciones y Segunda Investidura.
Actualizado el 04/XI/16.
En la página web de BYU; https://rsc.byu.edu/archived/banner-gospel-wilford-woodruff/10-wilford-woodruffs-1897-testimony# en donde se analiza el testimonio del Presidente Woodruff de 1897 (este fue el primer testimonio en audio de la Iglesia) en el párrafo 7 dice lo siguiente;
Cuando Wildford Woodruff afirmó que el "recibió mis propias investiduras", el puede haber usado el plural para referirse a ambas: su "primera unción" cuando fue ungido como preparación para recibir más bendiciones el 2 de Diciembre de 1843, y su "segunda unción y sellamientos" que el recibió junto con su esposa Phoebe el 28 de Enero de 1844. Generalmente, esta última ordenanza se le llama "la plenitud del sacerdocio", aunque algunas veces se le llamó segunda unción o segunda investidura.
Se puede notar que la propia BYU reconoce, no solo la existencia de la segunda unción sino que la llama por el nombre se "plenitud del sacerdocio", dejando claro que para recibir esta plenitud, los miembros deben recibir está última ordenanza.

¿Qué son Lavamientos y Unciones?

Leemos sobre Ordenanzas del Templo en la Enciclopedia del Mormonismo: LAVAMIENTOS Y UNCIONES. Los Lavamientos y las Unciones son ordenanzas preparatorias o de iniciación en el Templo. Ellas significan la limpieza y el poder santificador de Jesucristo aplicado a las cualidades de la persona y por la consagración de toda una vida. Tienen antecedentes bíblicos (Véase Lavamientos y Unciones). Las mujeres son apartados para administrar las ordenanzas por las mujeres, y los hombres son apartados para administrar las ordenanzas a los hombres. Los Santos de los Últimos días esperamos recibir estas promesas inspiradas e inspiradoras con la misma expectativa ferviente que traen al bautismo. Vienen con el espíritu del mandato de las Escrituras: "limpiad vuestras manos y vuestros pies ante mí" ( D. y C. 88:74 ; cf. 1 Juan 2:27 ). Un garment o prenda conmemorativa es dado con estas ordenanzas y son usadas a partir desde entonces por el participante.

¿Cuál es la descripción mas usada de la Segunda Unción a rasgos generales?

La descripción más usada por los críticos de la segunda unción, es una adaptación de una descripción anónima utilizada por David John Buerger para su libro, Los Misterios de la Piedad. Esa descripción se ha publicado en muchos lugares en Internet, y para algunos es consistente con los registros de Segundas Unciones del siglo XIX. Sin embargo como se menciono arriba estas descripciones sobre la segunda unción deben ser considerados con extrema cautela y escepticismo. Ante esta afirmación de escepticismo debo aclarar que un servidor posee una copia de la copia original del libro Book of Anointings fechado 8 de Enero-7 Febrero 1846, no solo se menciona a todas las parejas que recibieron su segunda unción en ese periodo sino que aparecen escritas las palabras de la ordenanza de cuando la recibieron Brigham Young y esposa y Heber C. Kiball y esposa. ¿Qué tiene de valor la copia que poseo? Pues que el mencionado libro se encontraba en el Church Historian Office y podía ser consultado libremente. Un hermano lo pidió y estuvo días copiandolo con su máquina de escribir Xerox. Mi copia es una copia de la que hizo este hermano. Cuando la iglesia se percató de la información que contenía el libro, se guardó en el Presidency Vault, por lo que ya no es accesible a ningún miembro de la Iglesia. Esto hace que mi documentación sea de las más fiables y exactas.
PRELIMINARES: La segunda unción se administra únicamente a parejas casadas, por recomendación de un miembro de la Primera Presidencia o del Quórum de los Doce, y bajo la dirección del Presidente de la Iglesia. Se puede realizar esta ordenanza de manera vicaria. Antes de que una pareja puede recibir la segunda unción, el esposo debe recibir la ordenanza del lavamiento de pies bajo la dirección del Presidente de la Iglesia. El lavado de los pies se administra en el Lugar Santísimo, o en un cuarto de Sellamiento apartado para este fin (D. y C. 88: 138-141)
PARTE I: UNCIÓN: Círculo de Oración: El esposo lleva un círculo de oración enseñado en la investidura. Unción del Esposo: El oficiante unge la cabeza del esposo con aceite, le impone las manos sobre la cabeza y le ordena como un rey y sacerdote del Dios Altísimo, para gobernar y reinar en la Casa de Israel por siempre. Luego el oficiante pronuncia bendiciones adicionales según el Espíritu le indique.
Unción de la Esposa: Similar a la anterior, solo que se la ordena como una reina y una sacerdotisa de su esposo, para gobernar y reinar con él en su reino para siempre. Obligaciones: A la pareja se le da la comisión de no revelar el hecho de que han recibido la segunda unción. Luego se le enseña a la pareja cómo administrar la segunda parte de la ordenanza.
PARTE II: LAVAMIENTO DE PIES (PREPARACIÓN PARA EL ENTIERRO) 
El lavamiento de pies, en preparación para el entierro se realiza en la casa de la pareja en un momento de su elección. En esta parte de la ceremonia, ellos mismos se ofician [Los registros históricos indican que algunas parejas han esperado años después de su unción antes de realizar la segunda parte de la ordenanza]
Dedicación: El marido dedica el hogar y una habitación en la que se realizara la ceremonia [La dedicación de una casa es similar a a la practicada comúnmente por los Santos de los Últimos Días].
Lavado y Unción para el Entierro: La esposa lava y unge su esposo según el patrón dado en Juan 12. Por lo tanto lo que hace la esposa es dar memoria de lo que hizo María. La ceremonia prepara al esposo para el entierro y afirmar ser su esposa en la resurrección. Teniendo la autoridad, la esposa pronuncia bendiciones sobre su esposo según le indique el Espíritu. [Aquí la esposa oficia para su esposo en su calidad de sacerdotisa, de la misma forma utilizada en la iniciación, donde las mujeres ofician a otras mujeres]. Esta descripción de la ordenanza es tal y como se hacía en el siglo XIX y parte del XX pero actualmente ha cambiado bastante.
Ahora me gustaría brevemente citar a TB Spackman en su revisión del libro Los Misterios de la Piedad:
¿Quién es David John Buerger, y cuál es su relación con la Iglesia? La contraportada indica que trabaja como "hombre de negocio independiente y escritor financiero para revistas y empresas de tecnología informática." Su postura personal sobre temas SUD se encuentran dispersos en todo el libro. Buerger ve el Libro de Mormón como una expresión de la teología anti-masónica y anti-papista de José Smith. Tuvo que consultar al crítico D. Michael Quinn y Anthony Hutchinson para que le expliquen sobre la doctrina mormona de la Salvación. En 1992, se habían retirado su nombre de los registros de la Iglesia. Ya que Buerger no tiene ni la formación profesional, la autorización de la iglesia, ni su testimonio espiritual a su favor, su libro debe considerarse a la fuerza como la investigación y la interpretación de su autor…
Un grano de trigo, entre la paja: Antes de poner de relieve algunos de sus innumerables defectos, debo señalar que Los Misterios de la Piedad tiene al menos una fortaleza: Una gran parte de las fuentes de Buerger consiste en diarios originales, notas, cartas, y minutas de los Archivos de la Iglesia que no se encuentran en otros lugares, que él cita directa y ampliamente. No hay otro libro sobre el templo que haga tal uso extensivo de estas primeras fuentes, que proporcionan una ventana fascinante de los pensamientos y la comprensión de los primeros miembros de la Iglesia en lo que respecta al templo. Pero Buerger no se limita únicamente a fuentes fiables SUD. De hecho, hace uso liberal de revelaciones apóstatas, literatura antimormona, y otros fuentes menos confiables. Mientras que el valor histórico de estos registros es discutible, su valor teológico no lo es. Los miembros de la iglesia no necesitan que apóstatas nos enseñen nuestra propia doctrina o liturgia… En lo personal, creo que podemos preparar a otros mediante el compartir adecuado de nuestras propias experiencias positivas y haciendo referencia a buenos libros que tratan sobre tema [de prepararse para la investidura]. A causa de sus defectos, Los misterios de la Piedad no califica en esa lista. No debemos permitir que las cosas que más valoramos sean explicados por los que menos lo creen (y entienden)... A pesar de la riqueza doctrinal y centralidad de las ordenanzas del templo, Los Misterios de la Piedad. no es una tesis doctrinal... Por ejemplo, Buerger declara repetidamente que las doctrinas SUD del sellamiento y hacer segura su vocación y elección son "calvinistas"... Buerger afirma que porque Eva tiene pocas líneas de diálogo en la presentación de la investidura, ello representa que las mujeres están subordinadas a los hombres… Conclusión... Creo que este libro ocupa un terreno intermedio. Aunque Buerger es ligeramente antagónico hacia la Iglesia, proporciona buena información histórica, que sin embargo podría perjudicar a algunos miembros de la Iglesia que no están acostumbrados a la lectura de este tipo de cosas. Sin embargo, para aquellos que pueden separar el trigo de la paja, el libro de Buerger ofrece algunos buenos granos de trigo entre la paja.

¿Estas Unciones tienen un paralelo bíblico?

El Salmo 110 conocido como el Salmo real de entronización o de ascensión al trono de un nuevo rey davídico es uno de los más citados por el Nuevo Testamento. George Eldon Ladd (no SUD) en Teología del Nuevo Testamento escribe: "En su contexto vetostestamentario, este salmo presenta la entronización del Señor David en el trono del Señor en Jerusalén." El texto que presenta hace referencia al rito de entronización del soberano. Sin embargo, la tradición judía y cristiana ha visto en el rey consagrado, el Mesías, el Cristo, ambos significan el «Ungido». Noel Quesson (no SUD) en 50 Salmos para todos los Días, tomo I escribe hace una descripción del Salmo 110: "Es un salmo-real: la escena se desarrolla en la "sala del Trono" del palacio real de Jerusalén, que se eleva a la "derecha" del Templo [Presencia de Dios] cuando uno mira hacia el Oriente. Después de la ceremonia religiosa (la Unción) que tiene lugar en el Templo, viene la entronización mediante un ritual preciso, como el de cualquier corte Oriental: En nombre de Dios, un profeta invita al nuevo rey a "sentarse en su trono"... En los escalones, hay guerreros esculpidos sobre los cuales pasa el rey, pisándolos simbólicamente (los museos de todo el mundo poseen muestras de estas "¡escalinatas reales!")... Luego, se "sienta solemnemente, y el profeta le entrega el cetro, insignia de mando militar y político... Luego recibe su título prestigioso:" "Tú eres el hijo de Dios", engendrado antes que la aurora, porque "tu generación es eterna, en el pensamiento de Dios desde toda la eternidad" (este título de "hijo de Dios" hace parte de la ideología real de todo el Medio Oriente: Egipto, Persia, Asiria)... Y para terminar la investidura, el joven rey es constituido sacerdote (todo rey en Oriente era al mismo tiempo sacerdote, con la función de ofrecer los sacrificios)... Finalmente, el profeta presagia victorias para el nuevo rey: el será juez, el "justiciero" que destruirá a los malvados." Otro salmo que pertenece a uno de los salmos reales es Salmos 2:7 "Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy." Según 2 Samuel 7:14, el otro texto de la cadena, la relación entre Dios y el soberano davídico [el rey de Israel] era la de un Padre con su hijo; por consiguiente, el día de la subida del rey al poder era el día en el cual era engendrado como hijo de Dios. La interpretación mesiánica de estos textos, resultan de la creencia de que el Mesías sería del linaje davídico y se encuentra en el texto precristiano 4QFlor 1: 11-13. El autor de Hebreos entendía el «hoy» de Salmos 2:7 como el día de la exaltación de Cristo resucitado, el regreso a su trono como su hijo al lado del Padre (cf. Hch 13:33) En muchas escrituras Dios nos invita a que seamos hijos de Él. "Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús"(Gálatas 3:26) Como Pablo lo expreso: "Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados." (Romanos 8:17) porque Él "nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre."(Apocalipsis 1:6). Tal rito de entronización disponible solo para los Ungidos o Reyes en la antigüedad en los Templos antiguos, esta disponible en los actuales Templos SUD y son hecho posible a través de las ordenanzas que Dios a establecido en su Iglesia y bajo el orden del Sacerdocio de Melquisedec. Bruce R. McConkie en su libro Doctrina Mormona bajo la palabra Vocación y Elección Seguras dice: José Smith enseñó: 'Después que una persona tiene fe en Cristo, se arrepiente de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe el Espíritu Santo (por la imposición de manos), que es el primer Consolador, entonces si continúa humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia y viviendo de acuerdo con todas las palabras de Dios, el Señor le dirá dentro de poco: "Hijo, serás exaltado." Cuando el Señor lo haya probado en todas la cosas, y haya visto que aquel hombre está resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre verá que su vocación y elección han sido confirmadas y entonces será suyo el privilegio de recibir el otro Consolador:' Tener al otro Consolador es que Cristo se le aparezca y tener visiones de la eternidad. (Enseñanzas p. 178). Así, tal como también dijera el Profeta: "La palabra profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio." (D & C 131:5.) La segunda parte, el lavamiento de los pies esta aparentemente inspirado en la historia de la mujer que ungió a Jesús en anticipación de su muerte. De allí probablemente se toma el patrón para una ceremonia por la cual una mujer prepara simbólicamente a su esposo para el entierro y de esta forma asegura su posición como heredera de sus bendiciones. Los evangelios presentan unción de la mujer para Jesús como un gesto profético que atestigua su muerte inmanente. [ Esta historia se encuentra en tres de los cuatro Evangelios (Mateo 26: 6-13; Marcos 14: 3-9; y Juan 12: 1-8. Y una similar, aunque diferente historia aparece en Lucas 7: 36-50. Ya que la versión de la historia de Juan identifica a la mujer como María de Betania, hermana de Lázaro; en las otras versiones de la historia, la mujer está en el anonimato. Las tres versiones de la historia declaran que la mujer unge a Jesús para su entierro. En la versión sinóptica de la historia (que se encuentra en Mateo y Marcos)] La idea de que la unción descrita en los Evangelios es una ordenanza destinado a ser repetido por otros probablemente surge de la declaración de Jesús: "Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo."(Marcos 14:9).

¿La Segunda Unción garantiza la exaltación a pesar que uno se descarrié o apostate después?

Los críticos quieren que creamos que la ordenanza de la segunda unción supuestamente garantiza la entrada a una persona en el grado más alto de los cielos, independientemente de la forma de vida que tomen después. Eso refleja una falta de comprensión de la doctrina SUD de la Salvación y de como opera el Santo Espíritu Santo de la Promesa en todas las ordenanzas. Muchos otros críticos ademas confunden esto (como David John Buerger en su libro) con el problema que presentan los cristianos calvinistas en sus cinco puntos del Calvinismo (TULIP). Que se resume en: "Una vez salvo siempre eres salvo." Doctrina parecida que sostienen muchos de nuestros críticos al hablar sobre la Gracia. En Doctrina y Convenios leemos: "Pero existe la posibilidad de que el hombre caiga de la gracia y se aleje del Dios viviente; por lo tanto, cuídese la iglesia y ore siempre, no sea que caiga en tentación; sí, y cuídense aun los que son santificados."(D. y C. 20:32-34) y Jose Smith dijo: "...si los hombres han recibido la buena palabra de Dios y conocido los poderes del mundo venidero, y luego caen, ya no es posible regenerarlos, pues han crucificado al Hijo de Dios nuevamente y lo han expuesto a vituperio. De modo que hay posibilidad de que uno caiga, sin poder ser regenerado nuevamente; y el poder de Elias el Profeta no da protección contra este pecado, porque es la condición que se estipula en los sellos y poderes del sacerdocio." [EPJS, p 416] El Presidente Joseph Fielding Smith dijo: “El Santo Espíritu de la Promesa es el Espíritu Santo y es quien pone el sello de aprobación sobre cada ordenanza:... La promesa es que mediante la fidelidad uno recibirá las bendiciones. Si un individuo viola un convenio, sea el del bautismo, ordenación, casamiento, o cualquier otro convenio, el Espíritu se retira y el hombre no recibe las bendiciones. Toda ordenanza es sellada con una promesa de recompensa dependiente de la fidelidad. El Espíritu Santo retira el sello de aprobación si los convenios son quebrantados” (Doctrina de Salvación, tomo I, pág. 43). Élder Bruce R. McConkie tambien dijo: "Nada sirve mejor que la ordenanza y el contrato del bautismo como ejemplo de cómo opera y del poder que tiene el Santo Espíritu de la promesa. Es posible que una persona indigna de bautizarse engañe a los élderes y haga que se efectúe la ordenanza, pero nadie puede mentirle al Espíritu Santo sin ser descubierto. Por consiguiente, el bautismo de una persona indigna que no se ha arrepentido no es sellado ni ratificado por el Espíritu Santo; el Espíritu no justificará a la persona indigna en sus acciones. Ahora bien, si más adelante la persona llegase a ser digna por medio del arrepentimiento y de la obediencia, el sello pasará a ser efectivo. Asimismo, si se bautiza una persona digna que recibe la aprobación ratificadora del Espíritu Santo, puede que se le retire el sello por causa de pecados posteriores. Estos mismos principios se aplican a todas las demás ordenanzas de la Iglesia." (Mormon Doctrine, págs. 361–362). Como bien dice aquí el autor, las ordenanzas no son válidas si no se es digno pero si se lee con cuidado se refieren a las ordenanzas que van desde el bautismo hasta el sellamiento entre esposos. No se menciona la segunda unción. Es más, como bien dice el recibir esta última ordenanza no te garantiza nada, ¿por qué? Porque todas las ordenanzas deben ser ratificadas por el Santo Espíritu de la Promesa por lo que hasta que no sea validada por él, la ordenanza no sirve de mucho. Pero, ¿qué es lo que pasa cuando ya ha sido sellada? Y es aquí donde el autor se equivoca y mal informa al lector con su opinión. Veamos que dicen los líderes y las Escrituras:
Bruce R. McConkie en su libro Doctrina Mormona bajo la palabra Vocación y elección Seguras:
VOCACION Y ELECCION SEGURAS.
Ver COHEREDEROS CON CRISTO, DIVINIDAD, ELECCION DE GRACIA,
HIJAS DE DIOS, IGLESIA DEL PRIMOGÉNITO, MATRIMONIO CELESTIAL,
PLENITUD DEL PADRE, REINO CELESTIAL, SALVACION, SEGUNDO
CONSOLADOR, VIDAS ETERNAS. Los miembros de la Iglesia que devotamente se consagran a una vida de rectitud, viviendo de cada palabra que sale de la boca de Dios, hacen su vocación y elección seguras. Es decir que reciben la más segura palabra de profecía, lo que significa que el Señor los sella para la exaltación mientras están aún en esta vida. Pedro resumió el curso de la rectitud que los santos deben seguir para hacer su vocación y elección segura y entonces (refiriéndose a su experiencia en el Monte de la Transfiguración con Santiago y Juan) dijo que esos tres habían recibido su palabra profética más segura. (2 Pedro 1.)
José Smith enseñó: "Después que una persona tiene fe en Cristo, se arrepiente de sus pecados, se bautiza para la remisión de ellos y recibe el Espíritu Santo (por la imposición de manos), que es el primer Consolador, entonces si continúa humillándose ante Dios, teniendo hambre y sed de justicia y viviendo de acuerdo con todas las palabras de Dios, el Señor le dirá dentro de poco: "Hijo, serás exaltado." Cuando el Señor lo haya probado en todas la cosas, y haya visto que aquel hombre está resuelto a servirlo, pase lo que pase, ese hombre verá que su vocación y elección han sido confirmadas y entonces será suyo el privilegio de recibir el otro Consolador:' Tener al otro Consolador es que Cristo se le aparezca y tener visiones de la eternidad. (Enseñanzas p. 178). Así, tal como también dijera el Profeta: "La palabra profética más segura significa que un hombre sepa, por revelación y el espíritu de profecía, que está sellado para vida eterna, mediante el poder del Santo Sacerdocio." (D&C 131:5.)
Los favorecidos por el Señor son sellados contra todo tipo de pecado y blasfemia excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo y el derramar sangre inocente. Es decir que su exaltación está asegurada; su vocación y elección es segura porque han obedecido la plenitud de las leyes de Dios y han vencido al mundo. Aún cuando tales personas "cometen algún pecado o transgresión del nuevo y sempiterno convenio, cualquiera que sea, y toda clase de blasfemias, y si no cometen homicidio en el que vierten sangre inocente, todavía saldrán en la primera resurrección y entrarán en su exaltación; pero serán destruidos en la carne y entregados a los bofetones de Satanás hasta el día de la redención, dice Dios el Señor." (D&C 132:26) El Señor les dice: "Saldréis en la primera resurrección; ....y heredaréis tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad." (D&C 132:19) El Profeta fue sellado de esta manera. Es decir "que sabía por revelación y por el espíritu de profecía, a través del poder del Santo Sacerdocio", que llegaría a ser Dios en la vida venidera. A él la Deidad dijo: "Porque yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo hasta el fin del mundo y por toda la eternidad; porque de cierto, sello sobre ti tu exaltación, y te preparo un trono en el reino de mi Padre, con Abraham tu padre:' (D&C 132:49)
Se deberá entender claramente que estas grandes bendiciones no son parte del
matrimonio celestial; "las bendiciones pronunciadas sobre las parejas en conexión con el matrimonio celestial están condicionadas a la consiguiente fidelidad de ambos." (Doctrina de Salvación, vol. 2 pág.58.)
En el manual del alumno de instituto de D&C leemos:
D. y C. 131:5. ¿Qué es “la palabra profética más segura”?
El élder Bruce R. McConkie dijo:
Los miembros de la Iglesia que se vuelcan enteramente a la justicia, viviendo conforme a toda palabra que sale de la boca de Dios, hacen firme su vocación y elección. Es decir, reciben la palabra profética más segura, lo cual significa que el Señor sella la exaltación de ellos mientras todavía están en esta vida. Pedro resumió la senda de la justicia que debe seguir todo santo a fin de asegurar su vocación y elección, y luego (refiriéndose a la experiencia vivida en el monte de la Transfiguración con Santiago y Juan) dijo que ellos tres habían recibido esa palabra profética más segura (2 Pedro 1).
Los que son así favorecidos del Señor son sellados contra toda suerte de pecado y blasfemia excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo y el derramamiento de sangre inocente. Es decir, tienen asegurada su exaltación; su vocación y elección se han ‘hecho firmes’ o asegurado porque han obedecido la plenitud de las leyes de Dios y han vencido al mundo.” (Mormon Doctrine, págs. 109-110; véase también D. y C. 132:17, 26; Notas y comentario sobre D. y C. 76:53.)
La palabra profética más segura se recibe después del matrimonio celestial. En el mismo manual de instituto dice lo siguiente:
D. y C. 132:26-27. ¿Asegura el matrimonio en el templo la exaltación de las personas, pese a la forma en que vivan?
Algunas personas han intentado distorsionar el sentido de estos versículos insinuando que al casarse en el templo, uno tiene ya asegurada la exaltación. A ese razonamiento se refirió Pedro cuando dijo: tuercen... las... Escrituras... para su propia perdición” (2 Pedro 3:16). El presidente Harold B. Lee indicó que un matrimonio en el templo puede ser perfeccionado y sellado por la eternidad, pero que no hay garantía de ello en la ceremonia misma:
Algunas personas tienen el concepto equivocado de que si de alguna manera pueden entrar en la casa del Señor y casarse, cuentan con la seguridad de alcanzar la exaltación no importa qué hagan, y, para sustentar su forma de pensar, citan la sección 132, versículo 26. Pero eso no es lo que indica el Señor. El Señor asegura la exaltación a los que cometan errores, si se arrepienten de ellos” (Cram for Life’s Final Examination, Brigham Young University Speeches of the Year [Provo, 5 de enero de 1954], pág. 7). El presidente Joseph Fielding Smith comentó lo siguiente:
El versículo 26 de la sección 132 es el pasaje más mal interpretado de las Escrituras. El Señor nunca ha prometido a ningún alma que será llevada a la exaltación sin el espíritu de arrepentimiento. A pesar de que el arrepentimiento no se menciona en este pasaje, aun así, está, y debe estar sobrentendido. Me extraña que todos conozcan el versículo 26, pero me parece que nunca han leído o escuchado Mateo 12:31-32, donde el Señor nos dice en substancia la misma cosa que encontramos en el versículo 26 de la sección 132.
Así que debemos deducir que aquellos de quienes se habla en el versículo 26 son los que, habiendo pecado, se han arrepentido completamente y están dispuestos a pagar el precio de sus pecados; de otro modo, no tendrían las bendiciones de la exaltación. Es absolutamente necesario el arrepentimiento para obtener el perdón, y la persona que haya pecado debe ser limpiada.” (Doctrina de Salvación, tomo II, págs. 88, 89.)
La frase clave es “...y son sellados por el Santo Espíritu de la promesa” (D. y C. 132:26). Este sellamiento está relacionado con el hecho de “hacer firme” o asegurar la propia vocación y elección. (Véase Notas y comentario sobre D. y C. 76:53; 131:5; 132:7.)
Hablando específicamente de la promesa que encontramos en Doctrina y Convenios 132:26, el élder Bruce R. McConkie dijo:
El hacer firme o asegurar la propia vocación y elección viene después del matrimonio celestial y se deriva de él. La vida eterna no existe ni puede existir para el hombre solo o la mujer sola, porque su misma naturaleza consiste en la continuación de la unidad familiar en la eternidad. Por eso, la revelación referente al matrimonio habla tanto del matrimonio celestial (en el que se dan las promesas de la vida eterna con la condición de recibirlas si son fieles) como del hecho de hacer firme o asegurar la propia vocación y elección (en el que se dan las promesas incondicionales de la vida eterna) en la misma frase, en la cual también se dice que quienes cometan pecados (con la excepción del ‘homicidio en el que vierten sangre inocente’) después de ser sellados para vida eterna, aún alcanzan la exaltación. Y después dice ‘entonces’, esto es, después de haber hecho firme o asegurado su vocación y elección [y cita D. y C. 132:19-20].
Luego, la revelación [vers. 26] habla de aquella obediencia de la cual surge la vida eterna y. hablando todavía del matrimonio celestial y de hacer segura la propia vocación y elección, dice: ‘De cierto, de cierto te digo, que si un hombre contrae matrimonio con una mujer conforme a mi palabra, y son sellados por el Santo Espíritu de la promesa, de acuerdo con mi precepto’, es decir, si ambos están casados y se les asegura su vocación y elección. ‘saldrán en la primera resurrección y entrarán en su exaltación’.” (Doctrinal New Testament Commentary, 3:343-344.)
Si uno hace firme o asegura su propia vocación y elección y esa promesa le es sellada por el Santo Espíritu de la Promesa —sigue diciendo el élder McConkie—, ello no significa que pueda pecar impunemente.
¿Qué sucedería si quienes han recibido la seguridad de su vocación y elección pecaran gravemente? Supongamos que se descarriaran y siguieran el camino de la iniquidad o que lucharan contra la verdad y se rebelaran contra Dios. ¿Qué les sucedería?
Es evidente que todos los hombres pecan, antes y después del bautismo, y también antes y después de hacer firme o segura su vocación y elección. Ha habido solamente un hombre sin pecado: El Señor Jesús, que era el propio Hijo de Dios.
Así, en la revelación que anuncia el establecimiento de la Iglesia restaurada en esta época, el Señor dice: ‘Pero existe la posibilidad de que el hombre caiga de la gracia y se aleje del Dios viviente; por lo tanto, cuídese la iglesia y ore siempre, no sea que caiga en tentación; sí, y cuídense aun los que son santificados’ (D. y C. 20:32-34).
Los profetas y Apóstoles desde Adán y Enoc en adelante, y todos los hombres, ya sea que hayan sido purificados y santificados del pecado o no, siguen sujetos al pecado y, de hecho, pecan. Así sucede aun después de haber tenido las visiones de la eternidad y de haber sido sellados por aquel Santo Espíritu de la Promesa que ha asegurado su vocación y elección. Dado que a estos escogidos se les ha asegurado la promesa de la vida eterna, y dado que ‘nada impuro puede entrar’ en el ‘reino’ del Padre (3 Nefi 27:19), ‘ni morar en su presencia’ (Moisés 6:57), ¿qué sucede con los pecados cometidos después de ser sellados para vida eterna?
Es obvio que todavía tienen vigencia las leyes del arrepentimiento y cuanto mayor luz tenga la persona, tanto más busca el don del arrepentimiento, y más se esfuerza por liberarse del pecado tantas veces como desobedezca la voluntad divina y se sujete al Maestro del Pecado, que es Lucifer. Es lógico suponer que los pecados de los que temen a Dios y de los justos son perdonados continuamente porque se arrepienten y buscan al Señor de nuevo cada día y a cada hora.
Y, de hecho, la bendición de tener asegurada la propia vocación y elección es en sí motivo alentador para evitar el pecado y una defensa contra futuras caídas. Por ese largo camino de obediencia y pruebas que les permitió alcanzar tan grande bendición, los santificados han marcado un camino y elaborado un modelo de vida que evita el pecado y fomenta la rectitud. Así, el Señor dijo:’...os nombro a Hyrum Smith para ser vuestro patriarca, para poseer las bendiciones de sellar en mi iglesia, sí, el Santo Espíritu de la promesa, mediante el cual sois sellados para el día de la redención, a fin de que no lleguéis a caer, no obstante la hora de tentación que pueda sobreveniros’ (D. y C. 124:124).
Mas suponed que tales personas se vuelvan desleales y las abandone el espíritu del arrepentimiento — lo cual es una eventualidad que se presenta rara vez—, ¿qué sucedería entonces? La respuesta es —y las revelaciones y enseñanzas del profeta José Smith así lo indican—: que entonces deben pagar el castigo de sus propios pecados, porque la sangre de Cristo no los limpiará. O si cometen homicidio o adulterio, pierden la herencia prometida porque esos pecados quedan fuera de las promesas dadas en el sellamiento. Y si cometen el pecado imperdonable, llegan a ser hijos de perdición.” (Doctrinal New Testament Commentary, 3:342-343.)
Tanto los Hermanos como las Escrituras afirman que una vez recibida la Segunda Unción y esta ha sido sellada por el Santo Espíritu de la Promesa, ya las bendiciones son incondicionales, la persona ya está exaltada (si no comente ningún pecado imperdonable) y si peca, será entregada a los bofetones de Satanás para pagar por sus pecados pero será al final exaltada.

¿Es la Segunda Unción una Ordenanza que debemos recibir en la tierra para obtener la exaltación?

Según registros históricos (Por ejemplo, Registros de las unciones de Heber y Vilate Kimball, 1846 y Brigham y Mary Ann Young, 1846 ) y declaraciones tempranas, sin duda es una ordenanza que se realizo en los templos, pero a la vez es evidente que han sufrido una serie de revisiones y modificaciones como lo reconoce David John Buerge en su libro The Misteries of Godliness [Los Ministerios de la Piedad] Buerge se pregunta ¿Debe un miembro fiel recibir la segunda unción para la exaltación en el grado más alto del reino celestial? El cree que sí. Sin embargo reconoce que la política oficial de la iglesia iniciada por Heber J. Grant sugería que las autoridades de la Iglesia sienten que la segunda unción no es necesaria para la exaltación. ¿Dónde están los documentos que muestren que las Autoridades Generales SIENTEN que no es necesaria para la exaltación? Señala que a partir de 1949, la práctica había sido "prácticamente interrumpido" por la Iglesia SUD [Buerger 1983, p. 42] aunque hasta 1981 podría haberse "realizado aunque a pequeña escala" [Buerger 1983] El autor postula que la segunda unción se convirtió en solo una bendición, debido a que muchos entendían esta unción como una ordenanza "incondicional", es decir las personas tenían garantizadas su salvación a pesar de que más tarde caigan de la fidelidad, con excepción de los pecados imperdonables. Al ser solo una "bendición especial" se convierte en promesas condicionales recibidas en tal ordenanza. Buerger comenta en sus notas:
En una entrevista con un presidente de templo, él me dijo que la segunda unción no era más que una "bendición especial" y que no era esencial para la exaltación. dijo que no estaba seguro porque las personas fueron llamadas a recibir las segundas unciones y por esa razón le había "incomodado el asunto en su mente". Cabe mencionar que durante su intervención que precede a una ceremonia de boda a la que asistí, él definió la "plenitud del sacerdocio" como haber recibido el Sacerdocio de Melquisedec, la Investidura y el Matrimonio Celestial. "Al recibir el sellamiento del Matrimonio Celestial", él declaro, "recibirán la 'plenitud del sacerdocio' en el sentido que es la ordenanza final para la exaltación". Al hablar con él mas tarde, le mencioné que mi entendimiento de la frase "plenitud del sacerdocio" se refiere a la segunda unción. El no estaba de acuerdo y reafirmo lo que dijo antes de la boda. Le pregunté, si él había recibido instrucciones precisas de fuentes más altas en cuanto a sus declaraciones sobre la "plenitud del sacerdocio". Él contestó que no: "lo investigue por mi cuenta y si lees José Fielding Smith y Bruce R. McConkie, ellos declaran lo mismo". En otra entrevista, con un Presidente del Templo ofreció comentarios similares. Sin embargo, no solo describió la segunda unción como una "bendición especial" sino que él dijo: "La segunda unción no hace más para usted que la primera unción y la investidura; no se lleva a cabo una ordenación especial en la segunda unción." Si esta información es correcta, parece probable que la estructura de la ceremonia se ha modificado en los últimos años para reflejar las preocupaciones de los líderes de la Iglesia sobre la ordenación de los miembros a la divinidad, como se hizo en los años anteriores. Esto ayudaría a explicar  el uso generalizado del termino "bendición especial", de una manera uniforme por los lideres actuales, como una descripción al referirnos a la segunda unción. Como bien explica son solo la opinión de Presidentes de templo que no han recibido instrucciones de los Hermanos por lo que no hay que tomarlo como verdad absoluta.
Hay algunos registros que apoyan esta postura. Por ejemplo, John A. Tvedtnes registra en una entrada de su diario que en una sesión misionera de preguntas y respuestas en el Templo de Salt Lake pregunto al apóstol Harold B. Lee , si la "segunda investidura" existía y, "Si es así, qué relación tiene con el Espíritu Santo de la Promesa, ¿Quien lo recibe? ¿Por qué y Cómo? ", Lee respondió: "No tienen que preocuparse. Han recibido todas las ordenanzas necesarias para la exaltación... Es una bendición especial dada por el Presidente de la Iglesia a hombres quienes han sido llamados. No es necesario para recibirlo, de la manera que, Tienen toda la investidura que necesitan para ser exaltados". [John A. Tvedtnes, Journal, 30 June 1961] Una lectura superficial de lo que relata el hno. Tvedtnes en su diario parecería dar la razón a la hipótesis que no es necesaria pero si nos fijamos bien, era una reunión de misioneros y hasta donde yo se los misioneros están solteros así que si como dice el que dijo el Pres Lee ellos ya tienen todas las ordenanzas de exaltación, el casarse en el templo no es necesario para alcanzar el grado más alto del reino celestial. Recordemos, que los misioneros sirven una misión con la ordenanza de la investidura, que es lo máximo que un misionero ha podido recibir para poder irse la misión. Así que esta fuente en vez de apoyar su teoría la desautoriza completamente.
En Resumen: Se podría decir que a partir de los registros históricos que describen la segunda unción, parece ser que bajo la dirección de los profetas la segunda unción como tal cambio y se ha aclarado que es solo una bendición especial u ordenanza especial que apunta a las bendiciones que recibirán quienes serán exaltados (Apo. 1:6; 5:10.) no siendo necesaria ni requerida para que todo miembro la realice en el templo aquí en la tierra. Este resumen es todo una interpretación de los hechos históricos. No tiene base ninguna para afirmar lo que dice. Lo de la bendición especial es mera opinión de Presidentes de Misión que, como reconoce, no saben porque se realiza la ordenanza por lo que esos testimonios no son válidos para afirmar tajantemente; 1º que no es una ordenanza que hay que recibir en la tierra y 2º que no es necesaria para la exaltación. Al ver la segunda unción como una extensión de las ordenanzas necesarias para la exaltación, o como la parte final de la ordenanza de la investidura, entendemos la ordenanza como la futura unción prometida para quienes lleguen a ser exaltados por Dios. El autor presupone que después de la resurrección es cuando se recibe la segunda unción. Algo que ya hemos visto que es imposible porque es una ordenanza terrenal (entiéndase de esta probación) y al igual que después de la resurrección no se realizan ni investiduras ni sellamientos, tampoco se realizan segundas unciones. D&C 76 vers 56 dicen que los que alcancen la gloria celestial son ya sacerdotes y reyes. Por tanto, es antes y no después de alcanzar la exaltación o ser un Dios cuando las personas tienen que recibir esta ordenanza.

¿Cuales son las ordenanzas necesarias para la exaltación? ¿Existen mas ordenanzas? 

Leemos en Manual 2 de Administración de la Iglesia: "Una ordenanza es un acto sagrado, como el bautismo, que se efectúa por la autoridad del sacerdocio. Las ordenanzas del bautismo, la confirmación, la ordenación al Sacerdocio de Melquisedec (para los hombres), la investidura del templo y el sellamiento en el templo son necesarias para la exaltación de toda persona responsable. A éstas se les llama ordenanzas de salvación." Son ordenanzas esenciales para alcanzar la exaltación, tanto para vivos como para los muertos. Pero el manual en ningún momento no dice que sean las únicas o que no haya más. El autor tergiversa el texto para que, la falta de información se convierta en no hay más ordenanzas. Y ya hemos visto que hay más ordenanzas de exaltación. En el manual de Principios del Evangelio, en el capitulo sobre el Milenio leemos: "Durante el Milenio, los miembros de la Iglesia llevarán a cabo dos grandes obras: la obra del templo y la obra misional. La obra del templo incluye las ordenanzas que son necesarias para la exaltación, entre las cuales se encuentran el bautismo, la imposición de manos para conferir el don del Espíritu Santo y las ordenanzas del templo, que incluyen la investidura, el matrimonio en el templo y el sellamiento eterno de las familias. Muchas personas han muerto sin recibir esas ordenanzas; por lo tanto, la gente en la tierra debe efectuarlas por ellas. Esa obra se está llevando a cabo diariamente en los templos del Señor. Es mucha la obra que se debe efectuar antes de que comience el Milenio, de manera que se termine durante esa época."
Sin embargo aunque estas ordenanzas son las que el Señor nos requiere y han sido reveladas a través de sus profetas para efectuarlas aquí en la tierra y que se extenderá hasta el milenio. Esta no es excluyente a que existan otras ordenanzas. Al igual que la plenitud del evangelio no es equivalente a toda verdad tanto en el cielo como en la tierra según las escrituras. Muchos profetas han enseñado que hay muchas ordenanzas que se nos revelaran y serán parte para nuestra exaltación. Vuelve a insistir que hasta el sellamiento son las únicas ordenanzas que se nos requiere para la exaltación. Menciona que hay más ordenanzas para nuestra exaltación y eso es falso. Una son las ordenanzas de exaltación; a saber desde el bautismo hasta la segunda unción y otra son las ordenanzas de los Dioses o que reciben los que ya han snido exaltados. Es decir ordenanzas que se reciben una vez que estás exaltado no te ayuda en tu exaltación porque ya la has logrado.
El Presidente Spender W. Kimball dijo en una Conferencia General: El presidente Brigham Young, segundo Presidente de esta dispensación, dijo lo siguiente: "Esta gente supone que tenemos en nuestra posesión todas las ordenanzas para la vida, salvación y exaltación, y que estamos administrándolas. Pero ese no es el caso. Estamos en posesión de todas las ordenanzas que pueden ser administradas en la carne; pero hay otras que deben ser administradas más allá de este mundo. Sé que queréis saber cuáles son y voy a mencionar una: no tenemos, ni podemos recibir aquí, la ordenanza ni las llaves para la resurrección." (Journal of Discourses, 15: 137.)… Las llaves "serán dadas a aquellos que hayan pasado de esta esfera de acción, y hayan recibido de nuevo su cuerpo... Ellos serán ordenados para resucitar a los santos por aquellos que tienen las llaves de la resurrección, tal como nosotros recibimos la ordenanza del bautismo, y luego las llaves de la autoridad. para bautizar a otros para la remisión de sus pecados. La resurrección es una de las ordenanzas que no podemos recibir aquí sobre la tierra, y hay muchas otras." (Journal of Discourses, 15:137). Recordemos cuando el Señor Jesucristo estaba en la embarcación, dormido, y sus discípulos le despertaron diciéndole: "Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. ...y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?" (Mar. 4:38-39, 41.)… Este es un poder que podremos tener cuando lleguemos a la perfección y recibamos el poder de crear, de organizar, de controlar los elementos naturales. "No tenemos esa ordenanza aquí”, dijo Brigham Young. "Organizamos de acuerdo con el estado mortal. Combinando los elementos de las semillas y la tierra, hacemos que crezcan árboles y vegetales; pero no les damos la vida. Organizamos aquí un reino de acuerdo con el modelo que el Señor nos ha dado para los mortales, y no para aquellos que ya han recibido la resurrección." (Journal of Discourses, 15: 137.)… "No tenemos el poder en la carne para crear ni producir un espíritu; a pesar de todo el conocimiento que tienen los expertos del mundo, todavía este poder no se ha dado al hombre; pero tenemos el poder dado por Dios de crear cuerpos temporales para nuestros hijos... Podréis percibir entonces, que nuestra obra no finaliza mientras vivimos en esta tierra, igual que la de Jesús no finalizó con su existencia terrenal." [Conferencia General Abril 1977]
Efectivamente, como bien dice el Pres. Kimball citando al Pres Brigham Young, hay ordenanzas más allá de este mundo. Si se lee a ambos las ordenanzas que se recibirán una vez que ya tienes un cuerpo glorificado y eres exaltado son: traslación, poder de resucitar, traslación, mandar a los elementos, organizar materia y engendrar hijos espirituales. Si notan, esas ordenanzas son para administrar los asuntos de los Dioses y por eso la reciben los exaltados. El ser rey y sacerdote es una condición que tienes que recibir antes de la exaltación porque si no, podrás ir al reino celestial pero a cualquiera de los otros grados. El que ambos profetas concuerden en la afirmación de ordenanzas más allá del velo, no significa que la Segunda Unción sea una de ella. Si lo es, que lo afirme con datos, algo que en ningún momento ha hecho. Por mi parte, espero que haya quedado claro que la Segunda Unción es una ordenanza de esta tierra que todos los que aspiren a la exaltación deben recibirla en un templo o bien en vida o vicariamente pero siempre antes de resucitar porque entonces ya no la podría recibir porque no es una ordenanza de los exaltados sino para alcanzar la exaltación.

Notas:

(2) La Casa del Señor pág. 178

(3) Enseñanzas del Profeta José Smith pág. 177

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5 Comments

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  1. Veo que por fin se te dio por dar referencia. Estas aprendiendo!

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  2. Cuando recibiste la segunda unción?

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  3. Solo los alto cargo de liderazgo reciben la segunda unción! Cómo más de 5 millones de miembros fieles la recibirán? Es imposible recibirla!
    O ciertamente es una bendición especial
    O existe otra forma de recibirla.

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